¿Cómo educar la voluntad? Es una joya, un tesoro quiero comentar alguna pauta de ella. Primero, necesita un aprendizaje, donde hay que luchar y a veces fallar, pero se vuelve a empezar, hay que ser positivo y así, aunque cueste trabajo.
Hay que empezar por negarse a veces en los gustos e inclinaciones inmediatas y un largo etc.
No es hacer lo que uno quiere o seguir rápidamente lo que nos pide nuestro cuerpo, o abandonar los grandes ideales, dejarse llevar por los estímulos del momento.
La liberación que trae la libertad es apartar estos obstáculos y allanar el camino para hacer lo programado e ir consiguiendo que los sueños, poco a poco se hagan reales.
Es importantísimo tener objetivos claros, estables. Cuando se lucha por ir adelante y se deja de lado las dudas, será uno más positivo.
Si tenemos voluntad alcanzaremos las metas que nos habíamos propuesto, eso si siendo constantes y con alegría, sin pesimismo.
Una persona así y con alegría es madura y sensata.
No hay que perder los nervios, ni estar triste, sino luchar por el bien poniendo todos los medios a nuestro alcance y ayudar a los demás.
Y termino con esta frase famosa: “ahorrando energías”.
En cierta ocasión felicitaban a la viuda del que fue trigésimo segundo presidente de los Estados Unidos F.D. Roosevelt (1882-1945) por su gran energía. Ella se limitó a contestar: “No es que tenga tanta” y añadió con modestia: “ lo que pasa es que no la malgasto en lamentaciones”.
Bonito ejemplo.
Atentamente,
Conchita del Moral Herránz
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