jueves, 23 de junio de 2022

UN SANTO FÁCIL DE IMITAR

El 26 de junio de 1975 te marchaste al cielo después de una reunión familiar con jóvenes de los cinco continentes; tuve la suerte de estar allí sentada en la sala de estar y oír tus consejos, nos hablabas de comprensión con todas las personas aunque pensaran diferente, recuerdo especialmente de una,- no recuerdo el país- que le preguntaste si se acostumbraba a las comidas de aquí, para facilitarle poco a poco que se fuera adaptando; fue una tertulia muy familiar.

Yo vivía en esa casa y al abrirle la puerta junto con otra, nos saludó y dio las gracias; llegue a la reunión ya empezada y como no teníamos sillas para todos me senté en el suelo a los pies del Padre (así le llamábamos de modo familiar) , y me dijo: ”Ponte esta almohadeta y siéntate en ella” .

Hubo un momento, que me di cuenta, que no se encontraba bien se puso la mano en la frente y quiso devolver, pero no devolvió; dejamos el cuarto de estar, lo dejamos con los dos sacerdotes que le acompañaban; enseguida salió y dijo: ”Ya me encuentro mejor, nos vamos a Roma” (esta reunión fue en Castelgandolfo, pueblo cerca de Roma).

Por si le pasaba algo en el camino le dimos una toalla y una palangana y para agradecernos ese servicio se levantó del coche, nos dio las gracias y la bendición. Era un jueves y cada jueves lo recuerdo.

En la Obra que tu fundaste san Josemaría, caben todos los que tienen esta vocación, pobres, ricos, solteros , viudos, casados, se trata de hacer bien el trabajo, ayudar a los demás y por amor de Dios.

También nos inculcabas ayudar a nuestros padres siempre que lo necesitaran y a la familia.

Naciste en la Noble y Leal Ciudad de Barbastro hijo de unos padres ejemplares. De pequeñito se murieron dos hermanas. Tu estuviste muy enfermo, un día el médico le dijo a tus padres de esta noche no pasa y cuando fue a la otra mañana preguntó a los padres:  "¿a qué hora ha muerto el niño?”- ellos te habían ofrecido a la Virgen de Torreciudad , te llevarían a ofrecerte a la ermita-, para sorpresa del médico estabas revoloteando en la cama.

Tu ya de sacerdote mandaste construirle un Santuario y es una gran Iglesia, visitada por gentes de todo el mundo y hay grandes milagros del cuerpo y del alma. Gracias San Josemaría y felicidades. Intercede por nosotros.

 Atentamente,


Conchita del Moral Herránz

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